El camino para seres de capacidad media

Parte Dos: Las Enseñanzas Principales, Iluminando el Camino > Segundo, el camino para seres de capacidad media

Verso Raíz

སྲིདགསུམབདེ་བརྩྭརྩེའིཟིལ་པབཞིན། །
La felicidad de los tres mundos, como el rocío sobre la hierba,
ཡུདཙམཞིགགིསའཇིགས་པའིཆོསཅནཡིན། །
Dura por un instante y luego se desvanece.
ནམ་ཡངམིའགྱུརཐར་པའིགོ་འཕངམཆོག
El supremo estado de la liberación siempre inmutable,
དོན་དུགཉེར་བརྒྱལསྲསལག་ལེནཡིན། །
Esfuérzate por conseguir. Esta es la práctica de los Hijos de los Victoriosos.

Primer Comentario

Los tres mundos se refiere a los seres que están debajo de la superficie, sobre ella y arriba de ella. Básicamente, se refiere a todos los seres sintientes samsáricos. Y la felicidad, el placer que experimentan, depende de su encuentro con los cinco objetos de los sentidos. Cuando encuentran formas, olores, sabores, tacto, y demás, eso lleva a una experiencia de placer para esos seres samsáricos.

Estos solo piensan en terminos de esta vida. Solo tiene que ver con esta vida, todo se trata de esta vida. Piensan que “quiero ser feliz”. Básicamente, todo esto realmente se reduce a esta existencia samsárica, a ese estado mental: “Quiero ser feliz en esta vida. Solo existe esta vida.”

Sin embargo, para realmente ser felices, a menudo las personas persiguen varios placeres constantemente. Y no importa cuánto obtengan, nunca se sienten satisfechas. Nunca tienen suficiente.

Debido a que nunca tienen suficiente, tienen que trabajar muy duro día y noche. Si no trabajan, no tienen dinero. Si no tienen dinero, no tienen comida para comer. No tienen nada para comprar. Así que tienen que trabajar muy duro todo el tiempo. Hacen un gran esfuerzo.

Y ese esfuerzo es solo para obtener esos placeres de esta vida. Disfrutan de los placeres de los cinco sentidos. De hecho, se dice aquí que es como una gota de rocío en una hoja de hierba. Ya que no hay contentamiento, las personas quieren tener muchas cosas de cualquier tipo.

Por ejemplo, si preparan comida, debe haber muchos tipos diferentes de alimentos en la mesa. Y en realidad, si hay demasiada variedad de alimentos, eso a menudo conduce a todo tipo de enfermedades. Entonces, se preocupan mucho por su salud e intentan evitar todo tipo de alimentos, lo que lleva a otros tipos de enfermedades.

Pero en realidad, aunque somos muy conscientes de nuestra salud, lo que realmente sucede en última instancia está determinado por nuestro karma. No tenemos tanto control sobre eso. Así que incluso si llevas un estilo de vida muy poco saludable, y no tienes miedo de nada, cuando es el karma para morir entonces debemos de dejar esta vida. Hay muchas personas y muchas historias de quienes mueren de todos modos a una edad temprana.

O, por ejemplo, si haces el mayor esfuerzo para lograr algo. Por supuesto, tienes que hacerlo. Tenemos que hacer cosas para lograr objetivos. Pero si tenemos éxito o no, también depende de nuestro karma. Depende de si hemos creado las causas virtuosas en vidas pasadas, como la generosidad o haber practicado la paciencia. Si no poseemos el mérito de vidas anteriores, entonces, incluso si lo intentamos mucho, no lograremos lo que queremos lograr.

Así que, claro, hasta cierto punto necesitamos esforzarnos en nuestras actividades, por supuesto. Pero si se logran o no, depende realmente de nuestro karma. De cualquier forma, el mismo Buda dijo que, en lo que sea que hagamos, no debemos caer en ninguno de los dos extremos. No debemos caer en el extremo de la autoindulgencia, ni tampoco en el extremo de la mortificación. Debemos practicar el contentamiento y disfrutar las cosas con moderación.

Por ejemplo, realmente te gustan las cosas dulces. Las comes porque te gustan. Pero una vez que las comes, nuevamente sufres porque ya se han terminado. Este es el tipo de la felicidad y placer que experimentamos en esos tres mundos del saṃsāra. Todo es impermanente, carece de esencia y se convierte en una causa para desarrollar apego.

Por lo tanto, este verso dice que debemos esforzarnos por alcanzar el estado supremo nunca cambiante de la liberación. De lo que necesitamos ser liberados son las aflicciones mentales en la mente. Y al no estar liberados de ellas, seguimos apegados a cualquier cosa: los placeres de los cinco sentidos, o personas, enemigos, amigos, y demás.

La raíz de todas estas aflicciones mentales que desarrollamos es el aferramiento al yo. Hay este pensamiento constante de “quiero esto o aquello”, “quiero todo”. Y cuando ese aferramiento está presente, naturalmente surgen todas las aflicciones mentales. Estas necesitan ser liberadas, y se liberan a través de la bodhicitta.

Alguien con bodhicitta es un bodhisattva. Literalmente, también significa un héroe, un ser valiente. Cuanto más fuerte sea tu amor por los demás, mayor también será tu valentía. Mayor será tu paciencia con los demás. Y también mayor será tu contentamiento con todo tipo de placeres sensoriales. Y mayor será tu capacidad para hacer cosas por los demás, para darles cosas, o darles amor, o soportar todo tipo de dificultades por ellos.

Así que lo que debe ser liberado es el aferramiento al yo. El primer paso hacia eso es cultivar la bodhicitta. Y cuando te liberas del aferramiento al yo, entonces realmente eres libre. Primero, en un sentido temporal, al liberarte en estos tres reinos superiores.

Esa es la causa del nacimiento en los tres reinos superiores. Por ejemplo, en un sentido temporal, hay personas que sobrevivieron a las guerras mundiales y en realidad no fueron afectadas por todo ese sufrimiento. Y aún así, no experimentan mucho sufrimiento en sus cuerpos o en sus mentes. Esa es la felicidad, la felicidad temporal de los reinos superiores, que proviene de la bodhicitta convencional, o el altruismo y la compasión. Esa es la liberación temporal.

En última instancia, cuando la mente realmente se infunde con bodhicitta, ves la verdad última y alcanzas el estado de iluminación. Por lo tanto, la bodhicitta es el beneficio temporal y la felicidad última.

En resumen, de lo que debemos liberarnos es de esta mente de autocomplacencia. Por ejemplo, cómo se ve eso entre dos amigos. Si tienes un compañero, entonces pensarías: “Quiero que él sea feliz”. Mientras él sea feliz y las cosas le vayan bien, eso es suficiente.

Ese tipo de estado mental es realmente valioso. Esa mente es muy preciosa. Quieres ayudar a esa persona. Y en realidad, ese estado de ánimo también te ayuda a ti mismo más que a nadie. Y de esa manera, ambos serán felices juntos.

Si realmente tienes un deseo sincero de hacer feliz a tu compañero, entonces con un 100% de certeza, tu compañero será feliz. Él lo sentirá, porque en el fondo, la mente ya es una. Así que es este “yo”, este “mí”, de lo que tenemos que liberarnos. Y el primer paso en esa dirección es cultivar la bodhicitta.

Ese es el camino que necesitamos recorrer para liberarnos temporalmente en los tres reinos superiores. Y en última instancia, alcanzamos el estado de iluminación. Alcanzamos el estado de no retorno, de no regresar al saṃsāra. Así, los seres se liberan gradualmente.

El Soberano Jigten Sumgön dijo que mantener un solo voto conduce al resultado del nirvāṇa. Así que si solo mantienes un solo voto, por ejemplo, durante toda tu vida mantienes el voto de no involucrarte en mala conducta sexual, entonces, debido a esa causa, esto permanecerá contigo. Y en todas las vidas futuras, no abandonarás este voto hasta que alcances la iluminación.

De hecho, hay muchas historias al respecto, en particular en las enseñanzas del vinaya. Hay mucho más que se puede decir, especialmente al hablar de karma. Podemos profundizar mucho más, en realidad. De hecho, las enseñanzas sobre el karma realmente son las mejores de todas las enseñanzas. En resumen, liberarse aquí significa que necesitamos liberarnos del aferramiento al yo.

Entonces, necesitamos caminar por el sendero basándonos en el amor, y para hacerlo, primero debemos reconocer incluso el más mínimo sentimiento de amor. Ahora bien, ¿qué es ese más mínimo sentimiento de amor? Por ejemplo, incluso los animales pequeños lo tienen, y todos los seres, con o sin cuerpo, lo experimentan. Es el amor que se comparte entre una madre y su hijo. Entonces, dado que nacemos en saṃsāra, cualquier persona que nazca en saṃsāra y perciba una dualidad tiene esta relación con los seres.

Todos tienen una madre y han experimentado este amor maternal. Así que este es el amor que primero necesitamos identificar. Y el Buda dijo que así es como desarrollamos el amor, primero recordando la bondad de nuestras madres. Luego pensamos que, desde el tiempo sin principio en el saṃsāra hasta ahora, todo el tiempo, de manera continua, hemos tenido una madre amorosa.

Ahora, en esta vida, tenemos una madre amable, pero no es solo esta madre, sino que todos los seres sintientes han sido nuestras madres en vidas anteriores. Los seres con cuerpo, sin cuerpo, todos han sido nuestras madres. Así que desarrollas amor por todos ellos.

Por ejemplo, hoy en día podemos ver en la televisión diferentes programas de animales que muestran cómo los animales también se tratan entre sí con este amor y afecto. Y en esos momentos experimentan paz, bienestar y felicidad. Ese es el amor entre una madre y su hijo.

Este amor debe ser reconocido primero, este amor entre una madre y su hijo. Ahora está muy limitado y necesita ser incrementado al reconocer que no es solo esta madre, sino que todos los seres, sin excepción, han sido mi madre desde el tiempo sin principio en saṃsāra.

De hecho, desde la perspectiva última, nuestras mentes son una. Nunca estamos realmente separados. Y en el nivel relativo, todos los seres han sido nuestros padres. Eso es lo que dijo el Buda. Él habla sobre todos los seres sintientes como nuestras madres.

Así que traes eso a la mente, piensas en los animales, por ejemplo, y en el sufrimiento que experimentan. Y nunca te separas de este momento de amor que has reconocido, y lo aumentas. Aplicas varios métodos para hacerlo vasto, para incrementarlo. Eso es muy importante, y de hecho, este es el siguiente verso ahora sobre pensar en nuestras madres que te han amado desde el tiempo sin principio.

Segundo Comentario

¿De dónde proviene el karma negativo? ¿Por qué nos enfadamos? Esto es lo que se discute en este verso. La respuesta a estas dos preguntas es debido al apego a la felicidad dentro de los tres mundos. La felicidad de los tres mundos es como el rocío de la mañana, muy temporal. Detrás de esta felicidad hay mucho dolor y sufrimiento. La felicidad puede existir ahora, pero muy pronto desaparecerá. Esta es la naturaleza de la felicidad en los tres mundos.

Muchas personas tienen la opinión de que su cuerpo actual es muy bueno, muy joven y al mismo tiempo bastante conocedor. Es por eso que desarrollan orgullo en sus mentes. Este orgullo son realmente pensamientos de apego. Si tenemos este tipo de pensamientos, debemos reflexionar. ¿Permanecerán estas condiciones para siempre?

Por ejemplo, ahora somos bastante jóvenes, ¿y luego en el futuro envejeceremos? Entonces deberíamos observar a las personas mayores, y nos daremos cuenta de que un día también envejeceremos. Si no reflexionamos sobre este tema ahora, entonces en el futuro cuando seamos mayores, nos sentiremos muy mal. Si sabemos que un día envejeceremos, cuando realmente lleguemos a esa edad, en ese momento no nos sentiremos tan mal.

El mismo principio se aplica a la riqueza. Cuando somos más ricos que otros, ¿no pensamos que podríamos perderlo todo? Si lo has pensado, entonces en el momento en que lo pierdas, no te sentirás tan mal. Todas las demás cuestiones son iguales. Uno no puede depender de que permanezca constante. Como no podemos depender de ello, no deberíamos tener ningún pensamiento de apego y deseo para que cuando se pierda, no haya ningún dolor ni sufrimiento.

Aunque nuestro entorno es pequeño, nuestros hábitos son muchos. Cuando recibimos algo de comida, pensamos si es bueno para comer. Cuando recibimos ropa, pensamos si es bonita o no. Todo lo que nos gusta es bueno y todo lo que no nos gusta no es bueno. Por lo tanto, cuando llevamos algo que pensamos que es bonito, nos alegramos mucho. Cuando llevamos algo que no nos gusta, pensamos que no es cómodo.

Debido a este pensamiento dualista, generamos gustos y disgustos hacia nuestra riqueza, las cosas que usamos, nuestras pertenencias y nuestros amigos. Todos los méritos, nuestros apegos a las alegrías, nuestros deseos están llenos de estos pensamientos dualistas.

En realidad, la ropa solo está ahí para mantenernos abrigados, si es bonita o no es solo por nuestro pensamiento dualista. Cuando pensamos que es bonito, lo opuesto sería feo. Cuando algo es bueno de comer, lo opuesto sería mal sabor. Todos estos pensamientos se forman porque tenemos esta mente dualista. Por ejemplo, aquellos que no les gusta el ají pensarían que es malo de comer. Fumar y beber para algunos sería malo, pero para otros traería opiniones diferentes.

Así que debemos entender que estos objetos diarios con los que entramos en contacto, si son suficientes para satisfacer nuestras necesidades básicas, serían suficientes. No generes pensamientos de apego hacia estos objetos. Si pudieras pensar constantemente de esta manera, sería muy beneficioso para ti y para todos. También disminuiría mucho el dolor y el sufrimiento.

Para ampliar esta cuestión y aprender más de esta lección, debemos reflexionar: ¿quién necesita la felicidad derivada de los cinco sentidos? La felicidad de los cinco sentidos es el placer derivado de la vista, el olfato, el gusto y el tacto. Placeres derivados de ver, derivados de escuchar, derivados del olfato, derivados del tacto por tu cuerpo. Si reflexionamos más, cuando usamos ropa suave en nuestro cuerpo nos sentimos felices. Cuando nuestro ojo, oído, nariz, lengua y cuerpo reciben sus sentidos apropiados, estos generan placer en nuestra mente. La verdadera razón de la causa de este placer es que estamos apegados al placer sensorial derivado de los cinco sentidos.

Pero entonces, ¿cuál es la verdadera naturaleza interior de este placer? La verdadera esencia de la mente es vacua, en realidad no necesita nada. Después de nuestra muerte, nuestro cuerpo ya no existirá, ¿por qué la mente pensaría que necesitamos ropa? Naturalmente, no la necesitaríamos. Esto se debe a que la verdadera esencia de la mente es vacua. Si podemos observar la verdadera esencia de nuestra mente, usando este método para practicar constantemente y obtener una comprensión experimental de esta vacuidad, entonces nuestro apego a los placeres derivados de los cinco sentidos disminuiría.

Así podremos buscar los resultados inmutables. Esa es la realización de que la mente en realidad es vacua.