Libre de elaboraciones conceptuales sin ningún apego

Parte Dos: Las Enseñanzas Principales, Iluminando el Camino > Tercero, el camino para seres de capacidad superior > La Aplicación de la Mente Iluminada > Mente Iluminada Absoluta > La práctica de meditación de permanecer en un estado libre de elaboraciones conceptuales sin ningún apego

Verso Raíz

ཇི་ལྟརསྣང་བའདིདགརངགིསེམས། །
Lo que sea que aparezca, es tu propia mente.
སེམས་ཉིདགདོདནསསྤྲོས་པའིམཐའདངབྲལ། །
La esencia de tu mente, desde un principio, ha estado libre de los extremos fabricados.
དེ་ཉིདཤེསནསགཟུངའཛིནམཚནརྣམས། །
Entendiendo esto, no fijes los signos
ཡིདམིབྱེདརྒྱལསྲསལག་ལེནཡིན། །
de aprehendedor y aprehendido. Esta es la práctica de los Hijos de los Victoriosos.

Primer Comentario

Este es el nivel más elevado de la verdad y es un verso muy importante. Trata sobre la visión del Gran Sello y la Gran Perfección. Entonces, la manera en que las cosas aparecen, todo lo que aparece, el universo exterior y todos los seres sintientes dentro de ese universo, todo lo que aparece es creado por la mente. Es un reflejo de la mente.

Pensamos que lo que aparece es real y existe de manera concreta, y creemos que el universo está separado de los seres sintientes. La manera en que percibimos las cosas es, primero, de una forma colectiva. Existen las huellas kármicas colectivas que han creado esta apariencia del mundo exterior, del universo. Estas huellas colectivas, por ejemplo, es cuando piensas “soy estadounidense”. Este concepto surge naturalmente en tu mente, colectivamente, porque todos los estadounidenses piensan eso. Es un imprint colectivo. Así es como nos aparece, y estos conceptos son como nubes que oscurecen el cielo.

Así es como la mente, de manera natural, ha creado el universo entero y todos los seres sintientes. Todos los seres sintientes, a un nivel interno, tienen su propio karma individual y sus huellas habituales, y debido a eso aparecen de maneras muy variadas. Por ejemplo, algunos con cuerpo y otros sin cuerpo; algunos son muy grandes, como una montaña, otros muy pequeños, como una partícula de agua.

Todos los seres sintientes en los tres reinos aparecen de estas formas diversas. Esto se debe a que tienen su propio karma y mérito muy particular. Y eso conduce a una apariencia infalible, algo que nadie puede fabricar. No importa cuán avanzada se vuelva la ciencia, no podría crear estos mecanismos finos del karma.

Ahora, cuando hablamos de esto en un sentido más amplio, es más difícil de entender. También podemos pensar en dos personas, por ejemplo. Cuando se miran, primero piensan que son dos personas diferentes. Lo que ven son dos cuerpos distintos. Si solo miras el cuerpo, incluso si parece diferente, en esencia es lo mismo. Está compuesto de la misma materia. Entonces, hay una ligera diferencia quizás en la forma, pero es lo mismo, el cuerpo es lo mismo. Así que, estos dos son lo mismo.

Luego, si miramos la mente, cómo lo ves es: “este soy yo y allí está él”. Este “yo” es el “yo mismo”, y “él” es “el otro”. Pero si observas con detenimiento, ¿dónde están? ¿Dónde está el “yo”? ¿Dónde está el “otro”? Y no lo encontrarás en absoluto.

Si mantienes la recolección, verás que, incluso si miles de pensamientos surgen en tu mente, solo hay una consciencia que reconoce todos esos pensamientos. Esta es la consciencia. La consciencia es tu mente.

Buda llamó esto “consciencia”, literalmente en tibetano significa algo como “el que discierne objetos externos”. Eso es literalmente la consciencia. Percibe una dualidad de “yo” y “otro”. Es como el reflejo de un cristal, la luz de arco iris que surge de un cristal, los muchos colores diferentes.

Estamos confundidos por la percepción de que estas apariencias manifestadas por la mente son separadas de nosotros. Creemos que el universo externo y los seres sintientes existen independientemente de nosotros. Y debido a que creemos que esto es una realidad, esa creencia se convierte en una huella muy fuerte, como si fuera hielo que continúa congelándose en más hielo. Es una solidificación constante del hielo.

Pero, si observas a esas dos personas, su mente es una y la misma. Cuando miras tu propia mente y todos estos pensamientos, después de los tres tiempos llegan a un cese, lo que aún permanece es la conciencia clara. Primero, obtienes certeza en eso. Reconoces esta conciencia clara que siempre está presente, sin importar cuántos pensamientos surjan. Y esta conciencia, lo que debe reconocer, lo que debe sostener, es el amor, reconociendo que es la única causa de la felicidad, tanto en un sentido temporal como en el último.

Si esa conciencia sigue el concepto de “yo”, surgirán muchas aflicciones mentales, lo que crea sufrimiento. Así es como podemos ganar una comprensión. En realidad, cuando miras el “yo” y el “otro”, son realmente lo mismo. Tu conciencia clara y la suya son una y la misma. No puedes decir que realmente está ahí. No es algo existente. Es vacuidad. No hay nada realmente ahí. Es como el espacio.

Pero si dices que es solo como espacio vacío, aún hay algo ahí que es claro y consciente. Hay una conciencia que está ahí, que es consciente de las cosas. Eso es lo que llamamos la claridad. Y la esencia de esa claridad es vacuidad. Eso es lo que llamamos claridad-vacuidad. Esta es la visión, la esencia de la mente que deberías observar una y otra vez. Te das cuenta de que mi claridad-vacuidad y su claridad-vacuidad son una y la misma. No hay una verdadera distinción entre nuestras claridad-vacuidad. Solo hay una claridad-vacuidad. Y esa es la verdad última que reconoce que todo es creación de la mente.

Por eso nos referimos a la conciencia, el que crea todo es la conciencia. Y obtienes una certeza completa cuando ves eso, cuando ves su esencia. Cuando ves su esencia, es algo que no puede decirse que exista ni que no exista. No se le puede dar ningún nombre. No puede ser llamado de ninguna manera. Y ese es el significado del Camino Medio.

Este verso resuelve que las apariencias son la propia mente. Ese es el punto que debe entenderse aquí.

Este verso habla de la verdad última. Dice que “trasciende los extremos fabricados”. Esto se refiere, por ejemplo, a un extremo fabricado que es nuestra creencia en la existencia verdadera de las apariencias y las etiquetas que les ponemos. Decimos que esto realmente existe, que el cuerpo y la mente están realmente aquí, que realmente existen. Sin embargo, al final, es impermanente y se desintegrará en polvo. Este universo entero y todos los seres sintientes dentro de él están confundidos acerca de la realidad.

Algunos piensan que nada existe. Cuando miran la mente, piensan que no hay mente, que no hay nada. Algunos más inteligentes piensan que han visto la vacuidad y pueden tener una comprensión de ello, pero aún existe esa huella de pensamientos, apego, aversión, e ignorancia. Y, mientras estos continúan surgiendo, siguen acumulando karma, lo que crea huellas kármicas, lo que nuevamente conduce a las apariencias de los seis reinos del saṃsāra.

Si piensas que nada existe, entonces también estás equivocado, porque el karma sigue siendo infalible y madurará. Ambas visiones están equivocadas. ¿Y cómo lo explicó el Buda cuando habló sobre la esencia de la mente? Dijo que no pienses en nada en absoluto. En el Gran Sello se dice: “Sin un solo pensamiento, mira decisivamente la verdadera esencia de la mente”. Sin un solo pensamiento en la mente, observa la mente directamente. Y hay vacuidad, como el espacio, es una experiencia del espacio. Y luego, esta naturaleza similar al espacio se conoce claramente, sabes que es vacuidad como el espacio. Esa es la claridad-vacuidad.

Después de reconocerlo, lo que se necesita es obtener estabilidad en mantener ese estado. Eres libre de permanecer siempre en ese estado. Y si siempre mantienes ese reconocimiento, entonces, sin importar los pensamientos que surjan, pensamientos felices o tristes, podrás superarlos, dejarlos ir. Entonces, cuando realmente te quedas en un estado de meditación, todos los pensamientos se vuelven como olas en el agua, o los pensamientos evidentes se convierten como madera que alimentan el fuego. Y ese es el poder de la esencia última de la mente.

En Vajrakīlaya, se refiere a alcanzar la fortaleza de la visión.

Este verso dice: “No fijes los signos de aprehendedor y aprehendido”. Cuando los objetos externos entran en contacto con la mente interna que se aferra, entonces la mente piensa: “Oh, esto es esto y aquello es aquello”. Pero no pienses en nada en absoluto. Sin un solo pensamiento, simplemente descansa dentro del estado natural de la mente, y eso es suficiente.

Así que, sin un solo pensamiento, mira decisivamente la esencia de la mente. En resumen, esa es la mente real.

Segundo Comentario

En nuestra mente existen muchos pensamientos buenos y malos. Los pensamientos buenos son la mente de la bodhicitta; los malos son la ignorancia y las aflicciones mentales. Pero ambos son solo pensamientos. En el saṃsāra surgen muchas apariencias, como la ropa, la comida y los objetos de los cinco sentidos. Cuando observamos estos placeres samsáricos y desarrollamos pensamientos de apego hacia los objetos, querremos poseer todos estos elementos. ¿Quiere nuestra mente estos objetos? No, es porque tenemos un cuerpo y este cuerpo necesita ropa y comida. En cuanto a nuestra mente, no necesita nada.

Todo lo que aparece como bueno o malo se origina en nuestra mente. ¿Cuál es la verdadera esencia de nuestra mente? La verdadera esencia de nuestra mente es vacuidad, carente de cualquier cosa. Habrá pensamientos buenos y malos que aparezcan en nuestra mente, pero si dejamos pasar estos pensamientos, aparecerá nuestra verdadera naturaleza y surgirá la vacuidad. Todas estas apariencias buenas o malas desaparecerán. ¡En ese momento, tu mente estará llena de alegría! Si puedes practicar de esta manera, habrás alcanzado la etapa donde no hay sufrimiento ni felicidad.

Por ejemplo, cuando ves una flor y piensas ¡qué bonita es esta flor! En ese momento tu mente desarrolla un pensamiento de apego. Esta también es la razón del sufrimiento. Cuando observas la flor y te apegas a su belleza, pero esta belleza solo existe en tu mente, de hecho, carece de sustancia.

Cuando vemos esta flor y reconocemos que es muy hermosa; ¿realmente existe la cualidad de la belleza en esta flor? En realidad, la percepción de la belleza solo existe en nuestra mente. Si pudiéramos eliminar esta cualidad de juicio de nuestra mente, ¿no sería maravilloso?

Es debido a esta cualidad de juicio en nuestra mente que se generan tantos pensamientos contradictorios y nos causa tanto sufrimiento. Por ejemplo, cuando hay una muerte en la familia, pensamos ¡Oh! Era mi padre o mi madre. Hemos vivido juntos durante tantos años. Recordando los momentos que hemos compartido. El dolor y el sufrimiento en nuestra mente entonces nacen. Pero si lo examinas detenidamente, es natural. Cada vida es así; por lo tanto, no necesitas pensarlo tanto.

¿Entonces no desaparecerían tu dolor y sufrimiento?